Celebrando una lucha que aún está lejos de acabar

El pasado domingo 1 de diciembre, Día Mundial de la Lucha contra el Sida, el programa conjunto de las Naciones Unidas publicaba esta infografía donde se pone el acento en el papel de las comunidades. Una jornada digna de ser celebrada, por los avances logrados en este ámbito durante los últimos años y también por la necesidad que aún tenemos de seguir luchando. Un asunto que tiene mucha relación con tres de las unidades temáticas de La salud está en tu mano y cuya conexión con ellas veremos en esta entrada.

Pero antes de entrar en todo ello, conviene aclarar y distinguir dos términos que usamos en este texto y que a menudo confundimos. El Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) es el causante de la infección en la sangre que va atacando al sistema inmunológico, puede transmitirse y, con el tiempo, desembocar en el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA), una grave enfermedad que supone el estadio más avanzado de la infección.

Conviene repasar algunas cifras para hacernos una idea de la importancia de la que sigue siendo una de las mayores problemáticas para la salud pública en todo el mundo. Cerca de unos 38 millones de personas tienen actualmente el, de las cuales 1,7 millones lo contrajeron en 2018. El año pasado, 770.000 personas murieron por esta causa. Sin embargo, hay que destacar también que entre 2000 y 2018 las nuevas infecciones disminuyeron en un 37% y las muertes relacionadas con el VIH en un 45%, todo un logro que tiene que ver con la mejora de la prevención y el tratamiento.

Avances que no ocultan lo mucho que queda por hacer en este campo, sobre todo si atendemos a la relación del VIH con los ámbitos de trabajo de este proyecto:

  • Derecho a la salud. La inequidad en salud es resultado de factores muy diversos, desde el acceso a unas condiciones sanitarias mínimas a los ingresos económicos o la información disponible. Así, las personas en situación de vulnerabilidad y con menos recursos tienden a sufrirla más. Por eso resulta vital presionar a favor de la producción de medicamentos genéricos, y por tanto accesibles, para pacientes portadores del VIH.
  • ODS, Ciudadanía y Participación. La respuesta al VIH no solo requiere avanzar en el derecho a la salud, sino en otros como el empleo, la educación, la protección social o la paz, entre otros Objetivos de Desarrollo Sostenible. Y es que, si las personas afectadas por el VIH son a menudo discriminadas y marginadas, el conjunto de la ciudadanía debe actuar para lograr su inclusión social y el respeto de sus derechos y oportunidades, en igualdad de condiciones.
  • Géneros en salud. La violencia contra las mujeres es de forma habitual causa y consecuencia, al mismo tiempo, de la infección por VIH en este sector de población: causa por violencia sexual, trata, matrimonio infantil y otros abusos habituales, pero también consecuencia por estigmatización, abortos forzados y violencias sufridas una vez son diagnosticadas como seropositivas. Pero no solo las mujeres están entre los grupos de población clave (especialmente vulnerables y con un mayor riesgo de infectarse por el VIH); también los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres y las personas transgénero. En muchos casos esa vulnerabilidad se asocia a factores legales, políticos y sociales, lo que aumenta la exposición a situaciones de riesgo y crea dificultades para el acceso a la detección y tratamiento. Por otro lado, existe el peligro de asociar erróneamente esos grupos de población con el virus, alimentando prejuicios. Desde un enfoque interseccional, podemos apreciar que en estos casos la discriminación de género se mezcla con la derivada de otros factores como el origen cultural o la pobreza.

 

En el caso de las mujeres, uno de los escenarios donde sufren más contagios es en el marco de conflictos o guerras. En una de las actividades de La salud está en tu mano, proponemos el visionado del documental ‘Temps d’Écoute (Tiempo de escucha), que refleja la experiencia de la asociación de mujeres congoleñas Femmes Engagées pour la Promotion de la Santé Intégrale (FEPSI), dedicada a la atención médica, psicológica, jurídica y socioeconómica de víctimas de violencia sexual, personas seropositivas y desplazadas de guerra.

 

Esta obra, rodada en 2015 por Pol Penas (Mamma Team), aborda la presencia de condicionamientos de género en el acceso a la salud con la crudeza de sus relatos en primera persona, pero también acercándose sin tapujos a las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) y al activismo de la sociedad congoleña por la defensa de sus derechos. Todo un ejemplo a seguir (y a escuchar) para sensibilizarnos sobre enfermedades tan letales como el sida y sobre cómo plantarles cara desde todos los rincones del mundo. Hagamos que algún día esta lucha solo figure en los libros de Historia, como otras célebres plagas ya pasadas.

* Más información sobre el programa ONUSIDA y los ODS:
https://www.unaids.org/es/AIDS_SDGs

Agencia Sentido Común

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